Algunas historias policiales de Segundo Ciclo
El tapón salido.
Una noche mientas yo estaba con Cholse Cameron Blond jugando en la compu, escuché algo, bajé y había alguien, de nombre Zam, con muchos golpes. Tenía un moretón muy hinchado justo debajo de la rodilla, imaginé que debía ser de alguna zapatilla muy fuerte, algo así como de algún botín de fútbol.
Fui entonces a la cancha de fútbol, investigué todo en los vestidores; sólo había cosas comunes. Luego ví un botín sin un tapón tirado en el tacho de basura. Ahí fue cuando fui a la calle, pregunté a todos si acá había algún jugador de fútbol y ocho personas me dijeron que había uno. Fui a la casa del jugador, le pregunté a su esposa a dónde estaba su marido y me dijo que había salido a comprar unos nuevos botines. Cholse lo siguió y lo encontró después de hacer un concurso de jueguitos, donde el jugador ganó. Entonces lo traje y le hice una pregunta ¿Conocés a Zam? Y me respondió: Sí, A ese maldito >am, le rompí la rodilla, así lo admitió y se resolvió el caso.
Kevin Catino
El detective Quique Marique
Había una vez un detective llamado Quique Marique. Que trabajaba con su ayudante Coraline Jonse. Un día estaban jugando al ajedrez cuando llaman a la puerta.
Era el primo de Quique. Él estaba tan cansado que parecía deshidratado. Venía de una carrera que había terminado con un incendio. Su ropa estaba agujereada, sus pelos parados y su cara quemada. Coraline lo miraba boquiabierta.
Quique le preguntó desesperado qué había sucedido. Él le contestó: - No se sabe, todos los presentes en la carrera dicen que fue una persona que iba en una carreta, que andaba a mucha velocidad con una mujer muerta a su lado. Iba tan rápido que todo se prendió fuego.
Quique Marique le dijo a Coraline que se iban de inmediato para allá y que prepare todo lo necesario.
Al llegar allí se encontraron con todo desastroso y quemado y a un hombre colgando a una mujer muerta en un cable. El hombre era el hermano de Coraline. Coraline quedó sorprendida y a la vez ofendida. Quique le preguntó a su asistente si sabía algo de ello. Ella lo negó. Su hermano salió corriendo dejando a la mujer colgada.
Quique en lugar de perseguirlo, investigó y examinó el cuerpo de la mujer. Estaba intacta salvo por una cicatriz que no era vieja, se dio cuenta porque aún estaba sangrando. Al volver a su casa lo llamaron los policías para avisarle que habían encerrado al sospechoso en un calabozo.
Como la mujer estaba muerta no había otra opción que llevarla a la tumba y decirle a la policía que no deje salir jamás a ese hombre.
Paulina Cerruti.
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